El sacerdote de Málaga acusado de violación denunció a su novia por darle las grabaciones a la Policía
Sucedió a principios del mes de septiembre, cuatro días antes de su detención. El sacerdote de Málaga acusado de violar a sus feligresas y guardar las grabaciones de sus delitos, denunció a su novia por robarle el disco duro y entregarlo a los investigadores de la Policía. La mujer entregó a los agentes cuatro carpetas con cientos de grabaciones e imágenes de mujeres sedadas y sometidas a actos sexuales por parte del agresor. Algunas de esas carpetas, con las iniciales de las mujeres, han permitido a la Policía encontrar a cinco de las víctimas.
Fue la pareja de entonces del sacerdote, la principal impulsora de la investigación, la que encontró en el disco duro del detenido las impactantes imágenes de las violaciones cuando buscaba alguna película grabada para verla en el televisor.
En agosto, harta de la inacción de las autoridades eclesiásticas ante las que había denunciado los hechos, la mujer entregó las imágenes a la Policía Nacional que arrancó de inmediato la operación «Pájaro espino» en referencia a una famosa serie de televisión de los años 80 protagonizada por un sacerdote que compartía su vida con una mujer.
Operación «Pájaro espino»
Tras recibir las imágenes el pasado mes de agosto, cuatro carpetas llenas de cientos de fotos de mujeres semidesnudas y sedadas, en ocasiones víctimas de todo tipo de prácticas sexuales por parte del sacerdote sin el consentimiento de ellas, los agentes se centraron en identificar a las víctimas. Los hechos se englobaban desde el año 2017 al 2019 y las grabaciones habían sido hechas en la casa parroquial, en su vivienda y a lo largo de viajes con grupos religiosos por varias provincias españolas.
Esta vez, el sacerdote comenzó a ponerse nervioso en agosto al ver por primera vez tambalearse la impunidad que disfrutaba por parte de sus superiores. La mujer ya había advertido a las autoridades eclesiásticas el pasado mes de enero, pero lo único que hicieron fue trasladar al sacerdote a Vélez-Málaga donde inició una nueva relación con otra mujer.
La reacción del investigado fue denunciar a su ex pareja de Melilla por robarle el disco duro y una pequeña cantidad de dinero. Interpuso la denuncia el día 6 de septiembre, pero ya era tarde para crearse una coartada. Hacía un mes que la Policía analizaba las imágenes y le detuvieron cinco días después, el 11 de septiembre.
Ahora, la investigación contra el «padre Fran» continúa con el rastreo de más víctimas en el material que se recogió durante su detención y registro en Vélez-Málaga. Se trata de un ordenador, una cámara de fotos y un teléfono móvil.